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Rav GINSBURGH (Español)


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Meditación para las Naciones del Mundo
 

Principios de Fe para los No Judíos (parte 1)
Capitulo 3: El Sendero Espiritual del Noájico
 
Para adoptar el sendero noájico, se debe comenzar aceptando y cumpliendo como mínimo las siete leyes Noájicas.

Como todo en la Torá, estas leyes contienen una sabiduría infinita que debe ser buscada y descubierta, ya que su cumplimiento es solo el comienzo un sendero espiritual que posibilita al no judío descubrir matices muy profundos en la consumación de su relación con Dios.

Para revelar algo de esta sabiduría interior, en este capitulo continuaremos explorando la correspondencia entre las siete leyes noájicas y las siete sefirotemocionales.
La fe es el origen de todo lo que sea espiritualidad y misticismo. Se puede vivir una vida totalmente dedicada a cumplir los mandamientos de Dios y a la vez carecer de la imprescindible fe en el Creador, evidenciando una falta de confianza en la bondad del Todopoderoso, o de su omnipresencia o su Providencia. 

La fe y la confianza son los ladrillos con los que se edifica la relación con Dios, por lo que es esencial que el noajida conozca que es lo que ellas implican.

En la introducción discutimos los 13 Principios de Fe compilados por Maimonides y como pueden ser reducidos a 7. El gran sabio y medico compilo su lista de principios con la intención de redactar un documento legal integral basado en ellos. Nuestro cometido principal en este libro es proponer una guía espiritual para el noajida, y con este objetivo analizaremos los siete mandamientos que le incumben y constituyen la parte contractual legal del pacto Noájico, extractando de ellos además su sentido espiritual.


La Dimensión Interior de las Leyes Noájicas
Al igual que los 613 mandamientos entregados al pueblo judío en la Torá, que pueden ser explicados según su correspondencia con las sefirot, también los 7 mandamientos noájicos se corresponden con ellas. 

Evidentemente el análisis de los 613 mandamientos requieren un extensa explicación que debido a su complejidad es difícil de visualizar, pero como vimos en el capitulo anterior, los siete mandamientos de los benei Noaj tienen un correlato mas directo con las siete sefirot inferiores y a eso nos dedicaremos a continuación.

En esta sección estamos interesados en el sentido mas bien espiritual, llamado a veces "significado interior", que posee cada uno de dichos siete mandamientos. Para descubrirlo debemos comprender primero la dimensión interior de la sefirá a que cada uno corresponde y los siete poderes o potenciales del alma que emanan de cada una de ellas (como se explicara mas adelante).

Como principio básico, la dimensión exterior de cada sefirá describe el rol funcional que desempeña cada una en el proceso de la creación, mientras que su aspecto interior habla de la fuerza motivadora oculta o subyacente que inspira dicho rol.

Otra bella manera, ampliamente utilizada en la cabala para representar estos dos aspectos de las sefirot y su interacción, es que la dimensión externa de la sefirá se enfoca en los recipientes de la creación, mientras que la interior lo hace sobre las luces que llenan esos recipientes. Los recipientes sirven para conducir y revelar las luces, que permanecerían ocultas o inconcientes sin ellos, llevándonos a la conclusión de que las luces necesitan sus recipientes o instrumentos para afectar la realidad. 

Por otro lado, si los recipientes carecen de la luz que deben transportar se comparan a un cuerpo sin un alma que les de vida e inspiración. Dios desea que en nuestro servicio Divino los recipientes y las luces se manifiesten simultáneamente, por ser  imprescindibles y complementarios entre si.

Los recipientes son creados cuando cumplimos, por medio de uno de los poderes externos del alma, un mandamiento ordenado por Dios, que puede requerir tanto una acción positiva como un compromiso conciente de evitar aquello que esta prohibido.

Con respecto a las luces o motivaciones que llevan a ese cumplimiento, la mayoría de las personas encuentran dificultoso percibir el aspecto espiritual que lleva a la observancia de los mandamientos.
 
La espiritualidad inherente en los mandamientos de la Torá pueden ser experimentados a través de la meditación en los matices de las fuerzas de vida Divina manifestadas en la ejecución de cada mandamiento en particular, es decir, la luz contenida dentro del recipiente. La luz puede ser de una naturaleza tal como vemos en la vida, de dar amor o temor o alguno de los otros atributos del corazón. Experimentar el aspecto intimo de cada uno de los mandamientos nos permite vivenciar en nuestra alma la dimensión interior de la realidad Divina, que esta presente en todo lugar para servir a nuestro Creador de acuerdo con Su Voluntad.

El siguiente cuadro nos presenta un esquema de la correspondencia entre las sefirot, los poderes del alma y las siete leyes noájicas:

 

 
poder
temor
Prohibición de matar
Presentarse con Temor ante Dios
bondad
amor
Prohibición de cometer Adulterio
Recreación Continua de la Realidad
belleza
misericordia
Prohibición de Robar
Reconocimiento de los Milagros de Dios
reconocimiento
sinceridad
Prohibición de Blasfemar
Volverse un Sirviente de Dios
Victoria
confianza
Prohibición de Idolatrar
Compromiso a una Auto Transformación
fundamento
verdad / consumación
Prohibición de Comer Carne de un Animal Vivo
Experimentar la Providencia Divina
reinado
humildad
Mandato de Establecer un Sistema Legal Justo
Hacer una Morada para Dios en la Tierra

 
Examinar las siete leyes noájicas de esta manera nos permite identificar siete principios de meditación Divina y de servicio, cuyo propósito es inspirar y dirigir las vidas de los bnei Noaj, relacionando dichos principios con los factores experimentales y motivadores que tienen cabida en cada una de esas leyes y los siete principios de meditación Divina que vamos a presentar. A esto vamos a dirigir ahora nuestra atención.
 
 
 


Los Siete Principios de Servicio Divino para los Gentiles Rectos

1
Introducción
Llegar al no judío


http://www.dimensiones.org/canales/vidmodrn/bneinoaj/lossiete1.htm


Nuestra generación es la primera desde la dispersión del pueblo judío, en la cual el judío tiene la posibilidad (y por lo tanto la obligación) de llegar al no judío. El objetivo es crear un movimiento mundial entre los gentiles justos, la renuncia a falsas religiones y la aceptación de los siete preceptos de Noé.

Estos preceptos son los que Di-s le dió a Adam y a sus descendientes y después del diluvio, a Noé y a sus descendientes. Estos son obligatorios para toda la humanidad y fueron incluídos en la Torá cuando Di-s la entregó al Pueblo de Israel en el Monte Sinai. La Torá testifica que estos preceptos fueron por cierto aquéllos que Di-s entregó al hombre en el principio de la creación, y por eso es su fuente primordial y definitiva de autoridad.

La Torá, más adelante obliga a los judíos a enseñar e incentivar a todas las naciones de la tierra a aceptar estos preceptos. Un no judío que acepta los siete preceptos de Noé, reconoce que el propósito fundamental de su vida es servir a Di-s y establecer la paz en el mundo.

 
 
 
2
La Naturaleza del Alma
 
 

http://www.dimensiones.org/canales/vidmodrn/bneinoaj/lossiete2.htm


Toda alma humana posee 10 sefirot o poderes espirituales. Los tres primeros son intelectuales y los siete restantes se relacionan con las emociones.

Los tres poderes del intelecto son las fuerzas motivadoras principales del componente Divino del alma. Los siete poderes emocionales son las fuerzas motivadoras principales del componente del alma animal.

Esta es la razón por la cual gran parte de la identidad judía se basa en el principio de "tres". El pueblo judío desciende de tres patriarcas; en nuestras plegarias rezamos: "Di-s de Abraham, Di-s de Itzjak y Di-s de Iaacov". La bendición sacerdotal se compone de tres versículos (tres bendiciones individuales). Nuestros sabios dicen: "Bendito sea Di-s, el Misericordioso, quien otorgó una Torá que se compone de tres partes (los Cinco Libros de Moisés, Los Profetas y Los Hagiógrafos) a un pueblo que posee tres grupos (Sacerdotes, Levitas e Israelitas) en el tercer mes (Siván) por medio de tres ( Moisés Aarón y Miriam)".

Aunque el principio de tres es innato en la mente del alma Divina del judío, es secundario a nuestra fe absoluta en la Unicidad esencial de Di-s, que trasciende el poder de la mente. Los elementos Divinos del alma, al ceñirse a la sabiduría de la Torá, que une la mente del hombre a Di-s, se vuelven completamente conscientes del Uno absoluto, como está dicho: "Oye Israel, Di-s es nuestro Di-s, Di-s es Uno". (ver nota #1).

Los tres poderes intelectuales, en el estado innato del alma animal, están subyugados a los deseos terrenales de los siete poderes emocionales. Para corregir esta "confusión" fueron otorgados los siete preceptos de Noé.

La "rectificación" espiritual para un no judío consiste en refinar los siete poderes innatos emocionales al comprometerse a cumplir los siete mandamientos de Noé. De esta manera, la naturaleza primera e innata del no judío se transforma en una segunda naturaleza ya rectificada, que le permite "penetrar" en los tres niveles más altos de su alma y captar el "Uno". Esta percepción (muchas veces en forma repentina) lleva a los siete poderes emocionales a servir a los tres poderes Divinos y no al revés. Si un no judío descuida su obligación de observar sus siete preceptos, se queda sin poder percibir la verdadera unidad de Di-s y su consciencia puede llegar a caer en idolatría, con su engañosa adoración a: "los tres", las estrellas, la naturaleza, los yoguis, el panteón de los "dioses", el dinero, etc., etc. En resumen, la idolatría se puede definir como el culto acualquier cosa o a cualquier persona que no sea el Único y verdadero Di-s.


Nota #1:
Por otra parte, la identidad innata del no judío se basa en el principio de "siete". Existen 70 naciones en la tierra que derivan de Noé. La esencia de estas naciones está en las siete naciones canaanitas que ocuparon la tierra de Israel antes que el pueblo judío la conquistara.
El número siete tiene también un significado especial en la tradición judía, denota "cariño". 

En palabras de nuestros sabios, "todos los siete son queridos". Por otra parte, para los no judíos los números representan una realidad general secular. Para ellos, el séptimo día de la creación no es cualitativamente diferente a los seis precedentes. Es un día de trabajo y de experiencia de Providencia e inminencia Divinas. Sin embargo, para un judío el séptimo día, el Shabat, es cualitativamente diferente de los restantes seis días de la semana. Es un día de descanso de los esfuerzos mundanos, un tiempo para experimentar la trascendencia Divina. El siete para el judío refleja unidad, mientras que para el no judío, pluralidad.

En el alma judía, los siete poderes emocionales están subordinados y sirven a la búsqueda espiritual de los tres poderes intelectuales. Las 70 almas de Israel que bajaron a Egipto están subordinadas a los tres patriarcas judíos.




3
Los siete preceptos de Noé
 
 
 
Como dijimos anteriormente, los siete preceptos de Noé corresponden a los siete poderes emocionales del alma. Éstos, a su vez, corresponden a las siete partes más importantes del cuerpo.

 
Sefirá
Precepto
Parte del cuerpo
Jesed
"benevolencia"
prohibición de cometer adulterio
brazo derecho
Gevurá
"poder"
prohibición de asesinar
brazo izquierdo
Tiferet
"belleza"
prohibición de
robar
torso
Netzaj
"victoria", "eternidad"
prohibición de adorar ídolos
pierna derecha
Hod
"esplendor", "reconocimiento", "agradecimiento"
prohibición de blasfemar
pierna izquierda
Iesod
"fundamento"
prohibición de comer la carne de un miembro extraído de un animal vivo o de tomar su sangre
organo de procrea-ción
Maljut
"reinado"
Establecer sistemas legales
boca


Es obvio que el adulterio es una perversión del amor y que el asesinato, del poder. El robo es una perversión de la belleza, ya que la belleza es la cualidad que le permite a la persona relacionarse con preocupación y consideración con su prójimo.
 
La fe verdadera en un sólo Di-s representa la victoria esencial del hombre contra el mal (cuyo único poder real es la capacidad de dar una dirección errónea a la fe del hombre) y además la vía de acceso a la eternidad. La perversión de la fe es la idolatría. La blasfemia ("socia" de la idolatría) es una perversión de la aceptación y expresión del alma de agradecer a Di-s.
 
En tanto que los cinco primeros y el último de los mandamientos de Noé le fueron otorgados a Adam en el principio de la creación, el sexto le fue entregado a Noé por primera vez después del Diluvio. La Torá describe a Noé como el tzadik ("el hombre recto"), el "fundamento" (iesod) de su generación. A las 10 primeras generaciones de la humanidad Di-s les ordenó ser vegetarianos. Después del Diluvio, Di-s le permitió a Noé y a sus descendientes comer todo tipo de carne animal, pero les prohibió comer los miembros amputados o beber la sangre de un animal vivo.
 
El séptimo precepto de Noé es el único positivo. Es el precepto de establecer sistemas legales para juzgar a aquéllos que transgreden los seis preceptos anteriores y, de esta manera, regular y rectificar a la sociedad. Este precepto corresponde al poder de maljut ("reinado"), ya que la ley es la base de todo reino. Como dicen nuestros sabios: "La ley del reinado debe ser obedecida". Maljut recibe de los otros poderes del alma, como está dicho: "Todos los ríos (los seis poderes) llegan al mar (maljut)". En el cuerpo del hombre, maljut corresponde a la boca y su función es dirigir y controlar a la sociedad.
Cuando se disponen estos siete preceptos en una estructura de sefirot, que es conocida para los que estudian Cábala, nos queda el siguiente cuadro:
 
 
Gevurá
"Poder"
Asesinato
 
Jesed
"benevolencia"
Adulterio
 
Tiferet
"Belleza"
Robo
 
Hod
"Eternidad"
Blasfemia
 
Netzaj
"Victoria"
Idolatría
 
Iesod
"Fundamento"
Comer la carne de un miembro de un animal vivo
 
   
 
Maljut
"Reinado"
Establecer sistemas legales
 






4
Los Siete Principios de Fe
 
 
 
 
Cada una de las siete leyes de Noe posee una dimensión interna. Esta dimensión se refiere a los siete principios de fe y al servicio Divino, los cuales vamos a estudiar a continuación.

Para empezar, debemos tomar en cuenta un principio general. El tikún o "rectificación" del mundo depende de cómo los no judíos se relacionan con los judíos. Un no judío no puede ser un gentil recto si en su corazón siente una falta de afinidad por el pueblo de Di-s, a pesar de contar con múltiples buenas acciones y cualidades refinadas. Si un no judío odia a los judíos hasta el extremo de haber jurado destruirlos, la Torá lo considera parte de la nación de Amalek, archienemiga de Israel, a la que el pueblo judío fue encomendado aniquilar.

Cuando un no judío tiene un sentido de afinidad hacia los judíos, se hace digno de una inspiración que proviene de la fuente del alma de Israel. Le nace una motivación a ser una buena persona en todas las relaciones con su prójimo y a dedicar su vida al servicio Divino. La rectificación del mundo no judío en general depende de la inspiración y la revelación que recibe del pueblo judío que tiene el rol de ser "una nación de sacerdotes".

Siempre se puede extraer una "chispa" de bien, del mal. Por ejemplo, la religión principal no judía de la cultura occidental cree en un solo judío y lo adoran como si fuera Di-s. Ciertamente, ésta es una grave transgresión al cuarto precepto de Noé. Sin embargo, dentro de este contexto de mal se puede percibir un elemento de bien. La verdadera rectificación del mundo no judío va a llegar cuando se reconozca el propósito Divino ordenado a cada judío: Iluminar el mundo y traer la paz y la prosperidad universales. De esta manera, el no judío se va a ver atraído, con amor hacia el judío. Con un sentimiento existencial de shiflut ("humildad") con respecto al pueblo judío (el que en su propia consciencia representa el epítome de la humildad ante Di-s y el hombre) el mundo va a reconocer el yugo del Reino de los cielos como se expone en la Torá y entonces, va a ser merecedor de la verdadera revelación.

La siguiente exposición de los siete principios espirituales de fe y de servicio Divino para un no judío, va a iluminar su dependencia en el alma del judío para su rectificación. La función inicial de cada principio es elevar la consciencia del no judío a un nivel más alto. Junto a la elevación de su consciencia adquiere una capacidad superior de expresar libre albedrío.

Cada uno de los poderes emocionales del alma (enumerados anteriormente: Bondad, poder, belleza, victoria, esplendor, fundamento y reinado) por sí mismo posee una dimensión interna. Éstas son (respectivamente): Amor, temor, misericordia, confianza, sinceridad, verdad y humildad. Ahora vamos a ver como cada una de ellas se relaciona con un estado de consciencia, es decir, un principio de fe y de servicio Divino.





5
Amor
Recreación Continua
 
 
 
No se necesita una inteligencia o una revelación sobrenaturales para darse cuenta que Di-s creó el universo. Nada se crea a sí mismo.

Sin embargo, la mente humana está atada al tiempo y pareciera ser que la creación tuvo lugar en un pasado remoto. Desde ese momento en adelante, pareciera como si el universo, con su cantidad fija de energía y materia, fue evolucionado naturalmente, únicamente que su forma sufrió cambios. Es decir, no existe ningún caudal nuevo de energía.

La consciencia de la Divinidad empieza con el reconocimiento de una continua recreación. Si Di-s no estuviera involucrado activamente, por así decirlo, en crear el mundo nuevamente cada instante, el universo entero se revertiría a la nada.

Para comprender esta continua recreación hay que experimentar el infinito amor que sintió Di-s por cada criatura. Sobre esto está dicho: "El mundo está construido en base al amor".

El alma arqueotípica del amor es Abraham. De hecho, las letras en hebreo de su nombre (Abraham) se pueden intercambiar y se transforman en la palabra hebrea "creación" (hibaram).

Un no judío que reconoce que su propia existencia y la de toda la realidad depende continuamente del amor infinito de Di-s (que es en esencia idéntico a la raíz del alma del primer judío) se llena de amor por el pueblo judío. Al respecto se dice que Abraham (junto a su esposa Sara) "hicieron" o "crearon" gentiles rectos.

La palabra "crear" en hebreo (bará) está estrechamente relacionada a la palabra hebrea (barí) que se utiliza para expresar "buena salud". Así como Di-s recrea el universo continuamente, del mismo modo lo sana. Para tener consciencia de la recreación continua es que Le proyecta a la persona el poder Divino de curación. La toma de consciencia de esta idea (tanto para el judío como para el no judío) cura a la persona y le otorga el poder para curar a otros.

El comienzo de la rectificación para un no judío es su reconocimiento de la recreación continua.





6
"Todo está en Manos del Cielo,
Salvo el Temor al Cielo"
 
 
 
Como se mencionó anteriormente, un no judío posee libre albedrío, por cuanto que él puede elegir entre cuidar o pasar por alto sus siete preceptos.Pero en un sentido más amplio, se puede elegir sólo una alternativa.Del dicho de nuestros sabios: "Todo está en manos del Cielo, salvo el temor al Cielo", entendemos que el libre albedrío del hombre se relaciona específicamente con su temor al Cielo.

En cierto sentido, este precepto está relacionado, en particular, con el servicio Divino del no judío.Existen dos versículos similares en el Libro de Salmos, que empiezan con la expresión "Sirve a Di-s...".El primero de ellos dice: "Sirve a Di-s con alegría...", el otro: "Sirve a Di-s con temor...".Nuestros sabios interpretan que la primera expresión se dirige particularmente a aquéllos que ya constituyen el pueblo de Di-s. El segundo versículo, se refiere a aquéllos que son gentiles en la actualidad. Es importante saber que la escala de fe puede ser escalada por cualquier ser humano; CUALQUIERA, cuya alma lo mueve a esa meta puede convertirse al judaísmo, y ser así, parte del pueblo de Di-s, una parte viviente de "el hijo de Di-s".

Existen muchos niveles de temor a Di-s. El nivel más básico para el gentil es el que lo motiva a abstenerse del pecado, es decir, el temor al castigo. El nivel más básico para el judío es el temor a Di-s como el Rey omnipotente del universo. A pesar que ambos se refieren al poder Divino para decretar la vida o la muerte, el primero no tiene un enfoque hacia el Rey Todopoderoso propiamente tal, sino exclusivamente al temor a Su castigo.

Cuando el temor del no judío se conecta al del judío, aquél también se vuelve capaz de experimentar al Rey propiamente tal y retornar a Él con temor reverencial. Ésta es la esencia del poder del libre albedrío en el alma del no judío. La única elección que la persona realmente puede hacer en la vida es si tornarse a Di-s o no. Fundamentalmente, el judío vuelve a Di-s por amor, el amor de un hijo hacia su padre. El no judío al principio retorna a Di-s por temor, el temor de un sirviente hacia su amo. Sin embargo, es el temor al alma judía lo que eleva el temor del no judío.

El mejor ejemplo en la Biblia de una sociedad no judía que retorna a Di-s es el relato del arrepentimiento de los habitantes de la ciudad de Ninive, registrado en el libro de Jonás. Los judíos leen esta historia en el momento más sublime del día más santo del año, Iom Kipur, el Día del Arrepentimento. Fue el alma de un judío, el alma de Jonás, que se convirtió en una herramienta en las manos de Di-s, para estimular a una multitud de almas no judías y hacerlos retornar a Él con arrepentimiento sincero. Encontramos en el texto que los habitantes de Ninive fueron motivados por temor al castigo. Sin embargo, al escuchar los milagros que Jonás experimentó, ellos a su vez, se inspiraron y fueron también testigos del sentido de reverencia por el Di-s de Israel.




7
Misericordia
Di-s Realiza Milagros
 
 
 
En el principio de la creación, Di-s vio que si creaba un universo en el cual cada indivíduo era juzgado exactamente según los méritos de sus acciones e intenciones, éste no podría existir. Entonces, Di-s combinó el atributo de misericordia con el atributo de justicia, y con ambos (misericordia antes del atributo de justicia), Di-s creó el mundo.

El orden natural de la creación refleja justicia Divina. La misericordia Divina, en cambio, se expresa en forma de milagros, definidos como la alteración de las leyes estrictas de la naturaleza. La misericordia Divina es para todas Sus creaciones, como está expresado en Salmos: "Di-s es bueno para todos y Su misericordia se extiende a todas Sus criaturas".

Como se explicó anteriormente, la recreación contínua es un acto de bondad Divina. Las leyes fijas de la naturaleza, que funcionan dentro de un tiempo y un espacio creado, reflejan el atributo Divino de poder y justicia. La "ley" fundamental de justicia Divina se define como "medida por medida". Di-s, en Su infinita misericordia (la dimensión interna del atributo Divino de belleza) hace manifiesto el reino sobrenatural.

Al reconocer el atributo Divino de misericordia, Su deseo y poder para cambiar el flujo de la naturaleza (no sólo en respuesta y en proporción a los méritos del hombre), se despierta un deseo en el corazón del hombre que lo lleva a tornarse hacia Él con devota adoración.

En la expresión de nuestros sabios, la plegaria es descrita como "(suplicante) misericordia". Rezamos para que Di-s milagrosamente cure a los enfermos, provea a los pobres de sus necesidades y bendiga al estéril con hijos. Pedimos claridad mental y del corazón para conocer a Di-s, y ser capaces de emular Sus caminos.

Nuestros sabios nos enseñan que la forma de despertar la misericordia Divina es a traves de emular Su atributo de misericordia, empatizar con el compañero y colmarlo de compasión. En sus palabras: Quienquiera muestre misericordia hacia otros se le mostrará misericordia de los cielos.

Al contemplar la historia, tanto el presente como el pasado, con toda seguridad, un no judío puede ver la maravilla de la misericordia Divina hacia Sus hijos, el pueblo de Israel. Incluso en tiempos de destrucción y exilio, la llama del pueblo judío nunca se ha extinguido (como dictarían las leyes de la naturaleza). Al contemplar este fenómeno, el no judío se conecta al atributo Divino de misericordia en su adoración a Di-s.

En nuestras plegarias describimos al Mashíaj (Mesías), que va a traer salvación al mundo entero, como un "mendigo suplicando piedad en el umbral de la puerta". Al reconocer los atributos y actos Divinos de misericordia hacia todos (y especialmente Su misericordia y los milagros a Israel), el no judío se conecta al alma del verdadero salvador de la humanidad.

 




Viviendo con el Tiempo
Un Mensaje de Torá para el mes de Nisan
 
PESAJ

Transformando las Imperfecciones en Maravillas Divinas

En el mes Nisán festejamos la fiesta de Pesaj. Esta palabra se refiere a un hecho milagroso que ocurrió la noche del 15 de Nisán, cuando el pueblo de Israel se preparaba para salir de Egipto. Era la noche en que se produjo “la plaga de los primogénitos” en Egipto, y Hashem “salteó” las casas de los judíos que habían pintado en los marcos de la puerta con la sangre del cordero. En esas casas no hubo muerte, y ese “salto” o “pasaje” es rememorado por todas las generaciones del pueblo judío desde entonces.

Esa noche damos rienda libre al potencial especial que tiene todo judío de expresar Divinidad. En hebreo, el país de Egipto es llamado Mitzraim, que significa “estrechez” o “restricción”, y en especial la incapacidad de poder expresarse. En Egipto el pueblo judío estaba restringido y no podía expresar Divinidad cabalmente. La redención de las restricciones de Egipto es el poder Divino y el milagro de la festividad de Pesaj.

El Salto Misericordioso

De acuerdo con el comentarista bíblico Rashi, la palabra hebrea Pesaj, פסח , tiene dos significados:
  1. Saltear o pasar por alto : Dios salteó o brincó sobre las casas de los judíos en Egipto durante la plaga de los primogénitos.
  2. Compasión : saltear las casa de los judíos fue una gran expresión de la compasión de Dios.
En la Torá la palabra que se usa para describir a una persona que “cojea” es pisaiaj, que comparte la raíz con Pesaj, y en esto se basa la explicación de Rashi de “saltear”. Esta especie de brinco que da la persona que cojea es considerado una imperfección y excluye a un sacerdote de servir en el Templo Sagrado. De la misma manera, un animal que es un pisaiaj es imperfecto y no puede ser traído en ofrenda al Templo.

El Poder Transformador de Pesaj

En Ishaiahu 35:6 hay una hermosa imagen de la futura redención:

“Y en esa época (cuando venga el Mashíaj) el cojo brincará como un cabrito”.

A menudo observamos o experimentamos en la vida cosas que parecen malas, pero la belleza de la creación que se encuentra en la Torá, nos confiere el poder de transformar lo malo en bueno. Pesaj tiene ese poder transformador; puede convertir la cojera en un salto verdaderamente bello y libre. La visión del cojo que salta como un cabrito es una imagen importante que debemos tener en mente en estos días y en especial en la semana de Pesaj.

El Salto del Futuro

Nos referimos hasta ahora al salto que en Egipto Dios dio sobre las casas de los judíos. Pero en el Cantar de los Cantares (2:8) encontramos una clase diferente de salto:

“La voz de mi amado se acerca; salta sobre las montañas y brinca sobre las colinas”.

De acuerdo con los sabios, las montañas representan a los Patriarcas, y las colinas a las Matriarcas, por cuyo mérito y poder, Dios salta sobre las montañas y las colinas y adentro de nuestros corazones para traernos Su revelación.

La Clave para Penetrar en el Corazón

Las restricciones de Egipto son esas barreras psicológicas impenetrables, que existen en cierto nivel en toda la humanidad, y nos dejan cojeando a todos. Pero la Hashem siempre trae la cura antes de la enfermedad, así encontramos que la Torá se refiere a “compasión”, con el término jemlá ( חמלה ) que es una permutación de la palabra majalá, מחלה , “enfermedad”. Cuando nos acercamos al prójimo con compasión, un acto más profundo incluso que el abrazo de amor, lo redimimos de sus barreras psicológicas. Su estado enfermizo de cojera es así transformado en el brinco mesiánico del cabrito.

La energía transformadora de Pesaj es el poder de romper todas las barreras psicológicas, y con compasión en nuestros corazones brincar por el sendero que nos lleva hacia el corazón de Dios, de nuestra esposa, de nuestra familia y amigos.

Transformando los Defectos en Milagros

El defecto que acompaña mayormente (6veces) a la cojera en la Torá es la ceguera, por lo que estas dos condiciones son interdependientes. El valor numérico de pisaiaj, “cojo” es 148; el de ciego, iver, es 276; sumando ambos 424, el valor numérico de Mashíaj ben David (Mashíaj el hijo de David).

En efecto, el Mashíaj tiene inicialmente estos dos defectos. También es descripto en la Torá como “leproso”, una enfermedad de la piel. En hebreo piel, or ( עור ) tiene las mismas letras que iver, “ciego”. Esta es una alusión a la “piel” virtual que cubre los ojos del ciego y le impide ver. La llegada de la Redención depende de la remoción de las barreras que se cierran a nuestros ojos, para revelar los milagros que ocurren constantemente a nuestro alrededor. En el momento de su arribo, el Mashíaj, con la ayuda de Dios, será redimido de sus defectos, que se transformarán en los milagros de la redención final.

Pesaj: La Revelación de las Maravillas Divinas

En el libro de Mijá 7:15, Dios nos promete “Más que en los días de la redención de Egipto, les mostraré maravillas Divinas”. El poder de Pesaj es el potencial de transformar nuestras limitaciones en maravillas Divinas. Que seamos merecedores de acercarnos a los demás con verdadera compasión, y que en mérito de ella, quiera Dios tener compasión por nosotros y transforme nuestra cojera y nuestra ceguera física y espiritual en un brinco alegre del corazón y en un abrir de ojos para revelar las maravillas de la llegada del Mashíaj.

(Instituto GAL EINAI de Israël - Enseñanzas del Rabino Itsjak GINSBURGH)
 



LIGHT OF TORAH